Soy dueño de un perro.
Literalmente, durante todo el día, el perro nunca me pierde de vista ni por un segundo. Me sigue donde quiera que vaya. Si la puerta está cerrada, ladra hasta que la puerta está abierta y emite ruidos tristes inusuales si no me importa alimentar, abrazar o mimar todo el tiempo. Se pone molesto a veces. Puede parecer que el perro nunca puede vivir sin mí.
Un día, había un hueso grande en el plato de comida del perro y me alegré de ver a mi mascota felizmente sentada para disfrutar la golosina.
Desde la mañana hasta la tarde, no hubo disturbios de mi parte. Ni un solo segundo le importó al perro echarme un vistazo.
El perro estuvo obsesionado con el hueso durante todo el tiempo y estaba obsesionado con seguirme otras veces, excepto la comida.
Intenta arrebatar ese hueso mientras el perro intenta asegurarlo. Dios te salve de la ira.
Pero siempre estarás allí para asegurarte de que la mascota esté feliz, segura y protegida de todas las formas posibles y de que pase un tiempo solitario cuando esté obsesionada con las pequeñas cosas sin sentirse mal. (viceversa)
El verdadero amor tiene el poder de perdonar y aceptar uno incondicionalmente.
La obsesión tiene el poder de controlar y poseer uno hasta que sirva el propósito.