Actúas como si tuvieras algún tipo de derecho de propiedad sobre ella porque la encuentras atractiva. Usted no Ella puede hacer lo que quiere y hablar con quien quiera.
Tú, como siempre, tienes tres opciones. Puedes continuar vagamente “gustándole” a ella y amargarte por no sentirse mágicamente atraída por tus sentimientos. Puedes actuar como un adulto y conocerla. O bien, puede seguir adelante.