Ser criados por nuestros padres y crecer con nuestros hermanos. Hemos aprendido que el amor es incondicional, no importa cuánto duela. Continuamos y seguimos confiando en el amor, esperando que algún día encontremos a la persona más compatil con la que podamos compartir la vida y con quien podamos mostrar un inmenso amor. Nos encanta tener compañía, nos encanta tener a una persona en nuestra vida que siempre estará ahí para nosotros, no importa para nosotros, una persona que estaría con nosotros en altibajos, felicidad y tristezas, entendiéndonos, apoyándonos, ayudando. Nos convertimos en una mejor versión de nosotros mismos.
Para algunos esto puede parecer sobrevalorado. Pero según yo, todos anhelan una persona así en lo profundo. Por eso, estamos dispuestos a correr el riesgo de lastimarnos. Pero tenemos que aceptar nuestros errores y seguir adelante y mejorarnos en vez de caer en la depresión y causar más dolor a las personas que nos aman.