Sí. Si esa disfunción sexual le crea una vida sexual que es inaceptable para ella, no le da licencia para violar sus promesas o para traicionar a su pareja. Ella todavía tiene la responsabilidad de actuar con honestidad e integridad. Esto puede significar, por ejemplo, negociar una relación honesta no monógama, o incluso terminar la relación.
El argumento típico, por supuesto, es que ella “no puede” hacer esas cosas. Hay una diferencia entre “no puedo” y “no quiere”.