Podría plantear una simple contra-pregunta: ¿cuándo fue la última vez que vio un tráiler de una película sobre una amistad? ¿Cómo se compara esto con la cantidad de romcoms que ves anunciados cada año?
Nuestras expectativas de amistad se basan en gran medida en la experiencia. Y por experiencia, sabemos que los amigos pueden ser de por vida o temporales. Por el contrario, nuestras expectativas de romance están moldeadas por una industria multimillonaria de historias y películas publicadas, así como por las anécdotas de quienes se alimentan de nuestros sesgos de confirmación.
Romance es el género de ficción más grande y más vendido. A lo largo de los años se nos ha enseñado a encontrar “el uno”, a esperar que el amor sea maravilloso, a creer que en el amor verdadero, seremos felices hasta el fin de los tiempos y nunca experimentaremos otro momento de malentendidos o de soledad. Amamos tanto esta idea que nos aferramos firmemente a ella y la aceptamos como una verdad, y seguimos creyendo que nuestras expectativas coincidirán con nuestra experiencia.
Larga historia corta: sabemos qué esperar de la amistad. Pero nos enseñaron qué esperar del romance. Lo que nos dijeron fue una mentira, pero nos gusta, así que nos quedamos con ella.
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