La única persona que me haría sonreír y sonreir es mi novia.
Soy un niño nacido y criado en una familia casi ortodoxa. Ortodoxos no en términos de religión, sino en términos de valores sociales, ética y principalmente lo que piensan los demás.
La pregunta “Lo que otros piensan” literalmente me ha restringido tanto en mi vida. No pude hacer lo que deseaba. No pude elegir mi campo de especialización favorito en mi licenciatura (aunque me encantó el campo que tomé más adelante). No podía ir al extranjero para mi Maestría porque estoy obligado por las opiniones de mis padres cuyas opiniones se basan en lo que OTROS les han dicho. Y así, comencé a trabajar en una buena compañía en muy buen papel. Pero con el tiempo, el trabajo no pareció interesante, ya que no surgieron muchos proyectos nuevos y comencé a pensar qué me pasaría si continuaba con el trabajo. Así que decidí hacer mi maestría al menos en mi país. Y adivinen qué, mis padres comenzaron a jugar la tarjeta de matrimonio porque los otros OTROS les han dicho que era la mejor edad para casarse. Pero finalmente fui en contra de su creencia y me uní a la Maestra.
Las cosas cambiaron desde allí. Conocí a mi chica que estaba muy abierta y la mentalidad realmente me impresionó. Me di cuenta de que estaba viviendo en un mundo muy conservador y ella expresó mis opiniones. Comencé a disfrutar sin preocuparme por lo que otros piensan y realmente podría explorar lo que podía hacer.
- Me hace sentir que estoy solo. Mis ojos son sólo una cámara. ¿Qué tengo que hacer?
- ¿Es humano mantener a las personas que están sufriendo inmensamente, física o emocionalmente?
- ¿Qué haces cuando te hacen sentir que tu jefe no es lo suficientemente bueno?
- ¿Qué pasó con mis emociones?
- ¿Hay algo en mi vida para sentir que es mío?
La única dama que me hizo darme cuenta de todo esto, inmediatamente pone una sonrisa en mi cara tan pronto como se encuentra. La sola vista de ella me recuerda el cambio que me trajo. El nuevo yo es lo que había soñado durante años. Así que ella se convirtió en el centro de mi mundo y es la razón de mi felicidad.
La idea de que la pierda me hace llorar. No puedo permitirme perderla a cualquier costo. No puedo extrañar a una persona con tanto talento y amor que me baña. Temo que ella también me quite lo que me ha traído. La amaba y el pensamiento de que ella se aleja de mí me hace llorar.