Al igual que todas las actitudes hacia nuestra circunstancia, nos sentimos bendecidos por ser solteros, se trata de nuestra actitud y los esfuerzos que hacemos para vivir la vida con gratitud.
He estado soltero la mayor parte de mi vida adulta y de manera constante durante los últimos 16 años y descubrí que no importa si estoy casado o soltero, depende totalmente de mí si busco alegría y me siento bendecido o no.
Para mí estar soltero ha sido un viaje maravilloso para saber quién soy y lo que realmente hace que sea un día hermoso. Ya sea que esté sentado en casa, saliendo con amigos, o dando un paseo, mi gozo viene de dentro y tengo un profundo sentido de que soy amado con un amor que solo Dios puede dar y la conciencia de que donde estoy y en quién me he convertido es un verdadero bendición desde arriba.
Así es como vemos la vida y a nosotros mismos y nuestra relación con Dios lo que marca la diferencia para mí.
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