Esta es una pregunta muy difícil de abordar en absolución. Lo bueno es relativo en función de la situación en la que se encuentre.
Como cristiano profesante, creo que el pecado es la causa del mundo imperfecto en el que vivimos, que incluye dolor, enfermedad, hambre, odio, egoísmo y cualquier otra forma de lucha que encontremos. Si bien Dios es perfectamente bueno y desea lo bueno para todos nosotros. Dios nos confía el don del libre albedrío, que nos da la capacidad de amar verdaderamente y también de actuar de acuerdo con nuestros intereses egoístas.
Dios no evita todas las situaciones en las que las personas actúan de manera egoísta y causan impactos negativos en los demás. Tampoco evita otras cosas malas que le pasan a las personas buenas. Creo que hay ocasiones en las que Él previene cosas malas, pero no nos damos cuenta porque esa cosa negativa nunca nos sucedió. Como resultado, nuestra perspectiva se desvía porque solo vemos las cosas malas y damos por sentado las cosas invisibles que nunca vemos y que se evitan en nuestro camino. Debido a que Él es perfecto, solo Él está en posición de determinar qué situaciones prevenir y qué situaciones no evitar para cada uno de nosotros.
Nuestra elección es luchar contra las cosas que se nos ocurren o buscar la oportunidad de usarlas de manera positiva. Esta perspectiva es mucho más fácil de decir que de poner en práctica, sin embargo, cuando la ponemos en práctica, modifica nuestra perspectiva de todo lo que encontramos.
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Anécdotas potencialmente útiles:
La vida es el 10% de lo que nos sucede y el 90% de cómo respondemos.
Dios está más preocupado por nuestro carácter que por nuestra comodidad. Me importa mucho más mi comodidad que mi personaje en el momento.
Cuando suceden cosas difíciles, pregunte “qué puedo aprender de esto” y no “por qué sucede esto”. “Qué puedo aprender” nos mantiene avanzando, mientras que “por qué sucede esto” nos hace retroceder.