Miedo al rechazo. El miedo a la vulnerabilidad. Problemas de confianza. El miedo a ser juzgado. El miedo al abandono. Inseguridad. Baja autoestima. Miedo de que estés fuera de su liga. Miedo a que encuentres a alguien mejor. El miedo a ser ridiculizado.
Hay toneladas y toneladas (¡y toneladas!) De razones por las cuales las personas no se abren. No puedes esperar que alguien se abra automáticamente contigo simplemente porque le gustas.