El destino me trajo la mía desde el otro lado del mundo. No hubo un “Creo que conocí …”, ambos lo sabíamos sin lugar a dudas. Luego el destino lo envió de vuelta a casa, devastándonos. Luego el destino me lo envió por segunda vez y abrazamos el tiempo que teníamos, el cual continúa extendiéndose mágicamente a más. Hemos tenido casi un año de felicidad hasta la fecha. PERO, el destino requiere acción también. Hasta ahora, los giros de su trabajo, el destino, nos mantienen juntos. Pero cuando el destino se lo lleve, quizás de forma permanente, dependerá de él si toma medidas para mantener esta cosa hermosa que tenemos.
Entonces sí, creo que tengo un alma gemela con todo mi ser, porque lo estoy viviendo. Y creo en el destino porque ciertas cosas tuvieron que transpirar para alinearnos en el mismo momento y lugar en la tierra. Pero también sé que sin una acción consciente, ese regalo se perderá para siempre. No contaría con el destino para asegurar mi felicidad.