Soy voluntariamente libre de niños y una mujer de carrera altamente exitosa. Desde muy joven sabía que NO quería tener hijos ni matrimonio. Mi propósito en la vida era un camino diferente al de la mayoría de las mujeres de mi generación: los Boomers. El “problema” que encontré fue la falta de apoyo y comprensión de mi familia y amigos acerca de mi elección.
Desde el advenimiento de la “píldora” y otros métodos efectivos de control de la natalidad, las mujeres ahora están en condiciones de tomar decisiones conscientes sobre si tener o no hijos. Creo que ambas opciones deben ser apoyadas en nuestra sociedad y que ni las mujeres ni los hombres deben ser juzgados como “anormales” o “egoístas” por elegir vivir sin niños.