En realidad, no es lo que digan los demás acerca de usted, las personas tienen la boca y tienen la lengua y la lengua tienen la palabra, de modo que no podrá controlar la de uno o dos, ya que son incontables, es la cuestión de usted y su corazón. Sé fuerte. Haz que las agallas tomen el coraje de preguntarle por qué lo hizo. Y entender la situación y perdonarlo. Y
“Nunca olvides los tres recursos poderosos que siempre tienes a tu disposición: amor, oración y perdón”.