Porque a nadie le gusta ser empujado. Nos sentimos cómodos con cómo son las cosas y no queremos cambiar. Aprender a lidiar con la sobreestimulación sensorial o social es difícil e incómodo .
No te preocupes, no estás solo.
Pero una vez que termines la parte difícil, lo prometo, se vuelve más fácil.