¿Pueden coexistir el amor y la competencia?

El amor y la competencia pueden coexistir. Pero solo, y esto es muy importante, ambas partes o equipos están en pleno entendimiento y acuerdo sobre las reglas del juego. Esto elimina la presión del pequeño desacuerdo y el resentimiento que resultan de agendas mal comunicadas u ocultas (siempre se hace trampa cuando parece que uno está inventando las reglas a medida que avanza el juego).

Otro componente muy importante es la naturaleza del jugador. Hay algunos que construyen una identidad completa en torno a la ganancia de un juego, y lo toman como una afrenta personal en cualquier momento en que se encuentren en una situación de pérdida. En mi opinión, esta persona debe primero buscar asesoramiento antes de involucrarse en cualquier cosa que tenga el potencial de dañar tanto su ego o su propia imagen. En esencia, si uno no puede participar en el juego de un juego con espíritu de amor (en última instancia, no importa quién gana, quién pierde …………… y no es el “pobre perdedor”, el “deporte pobre”), yo, por Uno, no quiero jugar con ellos.

Sí puede. Si amas a tu competencia, entonces el amor y la competencia coexisten. Para que la competencia sea mutuamente exclusiva, necesitas odio y egoísmo.