Desarrolle amistades con mujeres con las que no quiere tener una relación. Fui igual hasta que empecé a desarrollar amistades femeninas. Mis interacciones con ellas comenzaron a hacerme sentir más cómoda con las mujeres en general porque comencé a darme cuenta de que no eran diferentes a nosotros y que tenían el mismo tipo de inseguridades sobre nosotros mismos que nosotros.
Además, si quisiera conocer mejor a una mujer sin la presión de invitarla a una cita, iniciaría una conversación sobre algo de interés y le pediría su dirección de correo electrónico para poder comunicarme con ella y compartir información. A partir de ahí, una amistad generalmente se desarrolla de forma orgánica o podría terminar preguntándola si hay algún interés romántico. Debido a que ella ha llegado a conocerme un poco, hay menos posibilidades de que ella diga “No” si la invito a una cita.