No creo que sea racista o anti-musulmán señalar que en muchos países musulmanes, las mujeres no tienen los mismos derechos que los hombres. Es algo que las mujeres no musulmanas deben tener en cuenta a la hora de elegir un compañero de vida.
Insté a mis hijas a leer No sin mi hija por Betty Mahmoody. Ella pensaba que su marido, nacido en Irán, era un musulmán laico, americanizado, pero la crisis de rehenes de 1979-81 revitalizó su interés por su religión y su tierra natal.
La Sra. Mahmoody no tenía idea de que al casarse con su esposo (en los Estados Unidos, en ese momento) se convirtió automáticamente en ciudadana iraní. Cuando él le propuso visitar Irán en “vacaciones”, ella sintió que no tenía más remedio que llevar a su hija de cuatro años y acompañarlo. La alternativa era divorciarse de él, pero como no había hecho nada para justificar la cancelación de sus derechos paternos, ella no pudo evitar que él llevara a su hija a Irán y se quedara allí.
Como todos los que han leído el libro saben, una vez en Irán, su esposo decidió no regresar a los Estados Unidos, y como ciudadano iraní, aunque de mala gana, la Sra. Mahmoody estaba atrapada. Ella y su hija finalmente escaparon de Irán un año y medio después con la ayuda de contrabandistas.