¿A qué tipo de mujer no le gusta acurrucarse?

Un puercoespín, por supuesto!

El caso más extremo: una mujer que tiene un trauma relacionado con el tacto.

Casos menos extremos:
– una mujer que no ha estado acostumbrada a expresar afecto a través de la intimidad física de sus padres
– una mujer que se siente físicamente incómoda al acurrucarse debido a una piel demasiado sensible, problemas respiratorios, etc.
– una mujer que, por cualquier razón, tiene una gran necesidad de respetar su espacio personal.