Cada uno de nosotros tiene algún grado de narcisismo. La mayoría de nosotros queremos ser aceptados, amados, queridos y considerados de manera positiva. Nos gusta cuando la gente dice cosas buenas y nos felicita. Nos gusta ser el centro de atención para algo positivo.
Sin embargo, el narcisismo se convierte en un trastorno de la personalidad cuando exigimos estas cosas a las personas y utilizamos tácticas y manipulaciones no autorizadas para obtener elogios, atención y admiración de quienes nos rodean.