¡Por supuesto! ¿Quién no ama la felicidad? Nunca deja de sorprenderme que no se necesiten más que unos pocos neurotransmisores para cruzar algunas brechas sinápticas para que sintamos esa hermosa sensación de alegría. Lo que encuentro que hace que estos pequeños químicos funcionen de manera más eficiente en mi cerebro es una Big Mac suculenta y tierna.
Si sientes que necesitas un poco de alegría, entonces dirígete directamente a tu restaurante local de McDonald’s, ¡donde nuestro amable personal te dará una comida para que esas pequeñas neuronas se disparen alegremente!