Pilotos masculinos y femeninos compiten en eventos ecuestres. Según “Dressage Today”, por ejemplo:
Cuando la doma clásica llegó a la lista olímpica en los Juegos de 1912 en Estocolmo (donde se unieron eventos y saltos), predominó el pasatiempo de oficiales militares masculinos. Todo cambió en 1952, cuando los Juegos Olímpicos de verano en Helsinki abrieron la puerta tanto a competidores masculinos civiles como a mujeres. Al ganar la medalla de plata individual en doma, la danesa Lis Hartel no perdió tiempo en demostrarle al mundo que las mujeres podían competir junto a los hombres y ganar.