Este es un problema al que me enfrenté hace unos años.
Ahora tengo muchos amigos en los que puedo confiar.
Aquí están algunos de los secretos que descubrí 🙂
El primer paso es ser un buen oyente. A nadie le gusta una persona que habla todo el tiempo y no escucha lo que los demás tienen que decir.
Los amigos no están hechos para los beneficios. Un verdadero amigo es el pilar emocional del apoyo y siempre está ahí para ti. Así que debes extender tu apoyo a aquellos que realmente lo necesitan.
La lección que aprendí fue que un verdadero amigo es mejor que un millón de falsos. Así que pasa tiempo con personas que merecen una parte de tu tiempo y echa a los demás por una vida sin preocupaciones.