Perdonar no es fácil todo el tiempo. Cuando alguien te ha lastimado, es aún peor. Sin embargo, si quieres mover el dolor, debes dejarlo ir. Para hacer esto, debes estar dispuesto a dejar que esa persona sepa que los perdonas. Si es una situación en la que no puedes decirle físicamente a esa persona que la perdonas, hazlo en tu corazón. La razón por la que es importante es porque es para TI. Te libera de llevar ese dolor contigo por el resto de tu vida. A veces, cuando nos aferramos al dolor, somos nosotros los que seguimos repitiendo el dolor, mientras que la otra persona ha seguido con vida. Mantener el dolor le da a la otra persona poder sobre ti porque siempre estás pegado a lo que te lastimó. Una vez que lo sueltes, recuperas tu poder y puedes avanzar con el resto de tu vida. Perdonar no significa que olvides y deseas continuar donde lo dejaste con esa persona, solo significa que te niegas a seguir dominado por ese dolor por más tiempo.
Además, una vez que lo sueltas, no puedes volver a armarlo. Déjalo donde lo encontraste y sigue adelante.