No existe una correlación entre mi opinión acerca de alguien y la cantidad de mensajes de texto, excepto si realmente me disgusta a alguien, en cuyo caso obviamente evitaré el contacto.
Hay dos factores que determinan mi frecuencia de mensajes de texto:
- Que ocupado y que agotado estoy
- Qué agradable y fácil es la conversación.
Si estoy enamorado de alguien, podría sopesar cada palabra de mi respuesta y podría cansarme del proceso. A la inversa, podríamos tener una conversación fluida a la que me gustaría volver.
Si me siento ‘meh’ acerca de alguien o me siento muy cómodo con ellos, podría responder sin mucho esfuerzo, haciendo que las respuestas rápidas sean más probables. Pero también podría aburrirme o distraerme más fácilmente.
He encontrado que las personas tienen hábitos de mensajes de texto dramáticamente diferentes. A veces he tardado un día en responder y lo consideré rápido, pero para algunos eso es inaceptablemente lento.
TL; DR: No puedes inferir solo del tiempo de reacción lo que alguien piensa de ti.