Si Hillary está por delante en Pennsylvania por once puntos, ¿por qué Trump dice que solo puede ganar allí “haciendo trampa”?

Porque la retórica de Trump deja poco espacio para “perder” legítimamente. A Trump no le gustan los perdedores y es probable que sea uno. Entonces, la razón debe ser que los malhechores están intentando socavar los procesos legítimos por los cuales él, que gana por naturaleza, inevitablemente también ganará en Pennsylvania.

Hacer que los idiotas den crédito a la idea de que su causa solo puede perder debido a engaños, no porque sean una minoría crédula y borracha con el Kool Aid de un fanático ignorante, es un movimiento típico de la campaña Trump. Como de costumbre, Trump no cuenta, o no le importa, cómo esa retórica puede en última instancia socavar lo que queda de la integridad de nuestras instituciones.

La versión corta de la respuesta: este “ganador” es un perdedor, y un mal perdedor por eso: un niño demasiado grande cuya aversión a algo como la buena deportividad o la posibilidad de perder es en sí mismo una descalificación por el puesto que busca para ganar. Lástima que sus seguidores morónicos no entiendan la importancia de poder sufrir reveses, eventos que perder, con una gracia que refleja lo mejor de nuestro carácter nacional. El bufón naranja es un hombre sin gracia como nunca ha puesto un pie en nuestro escenario público.

¿Respuesta corta? Trump nunca se responsabiliza de nada negativo que le suceda. No importará lo que realmente suceda entre ahora y la elección. Si pierde las elecciones, culpará a todos los demás, tanto a su equipo como a Hillary, por su fracaso. Incluso podría culpar a su gente más que a Hillary. Estaban más cerca de él con la mayor responsabilidad por la campaña. Los destruirá sin descanso e irracionalmente mientras se sienta mal por la pérdida.

¿Por qué debería importar la realidad más hoy que ayer?