¿No todos aprendimos “lo rompes, lo compras” en la infancia? Es lógico pensar que usted “compró” el viejo televisor roto por el precio de un televisor nuevo, lo cual fue una buena oferta para su amigo (dependiendo de la edad del juego original) y convirtió ese dinero en efectivo en un nuevo televisor, haciéndolo más que completo. Dejar que se quede con el televisor original también, si es que tiene algún valor, me parece una forma de enriquecimiento injusto.
Dicho esto, esta NO es una opinión legal, no la he investigado y, en general, no practico en la corte de reclamos menores. Tal vez pregunte al juez Wapner? 😉