No hay vida sin compromiso.
Incluso si vives totalmente solo, en el bosque, sin tratar con otro humano, tendrás que transigir. Puede querer cocinar una comida, pero tiene que comprometerse y no hacer esa actividad porque necesita cortar leña para el fuego y acarrear agua. Es posible que desee recoger bayas en el bosque, pero tiene que lidiar con la basura, por lo que los depredadores salvajes no se sienten atraídos por su santuario, lo que pone en peligro su seguridad.