Si no está logrando el progreso que desea en su terapia, lo más probable es que no sea un problema con el género de su terapeuta. Es posible que no esté profundizando lo suficiente en sus propios procesos. También es posible que su terapeuta no esté bien calificado o que usted no pueda formar el vínculo terapéutico necesario para realizar cambios significativos en usted mismo.