La única vez que cambié de opinión sobre mi ex fue porque tenía hijos con ella. Me esforcé tanto y tan desesperadamente para que las cosas funcionaran con ella para mis hijos. Para que crezcan con ambos padres en la misma casa, pero al final mis esfuerzos fueron inútiles. Mi ex nunca cambió sus caminos. Cada tono que “le dimos otra oportunidad” terminó de la misma manera … atrapándola y engañándome. Mi relación con mi ex cae bajo la definición de libro de texto de locura … “hacer lo mismo una y otra vez esperando resultados diferentes”.
La única nota positiva que se desprende de todo esto es que puedo mirar a mis hijos a los ojos y decirles que intenté absolutamente TODO para que funcionara con su madre. Mi conciencia es clara con seguridad!