Una niña es un humano con emociones, no una fortaleza con un arsenal de cañones que pueden ser conquistados.
En vez de eso, quédate con una chica, apoya a una chica, escucha su voz, sus opiniones, abraza sus logros (por pequeños o grandes que sean) y mantén las manos en sus dolores. Limpie sus lágrimas y encuentre su sonrisa cada vez que se pierda.