La ira repentina es un signo de agresión reprimida y descontento. Hay etapas de enojo que pueden explicar su comportamiento.
- Insatisfacción menor. Algo va mal, no de la manera que querías. Suprimiste la emoción y te centras en otra cosa.
- Irritacion. Las cosas continúan disgustándote y tocando el nervio. Aún te controlas a ti mismo, pero te sientes sensible a ciertas cosas.
- Enfado. Las pequeñas cosas parecen provocarte. Estás perdiendo el control.
- Rabia. Inesperados violentos estallidos de agresión. Se pierde el control.
- Odio. Cuando todavía encuentras una manera de suprimir la ira, se transforma en odio. Envenenando secretamente tu alma.
La solución es volver a esas pequeñas cosas que fueron la razón de ser infeliz. Haz algo que te haga sentir bien. Usualmente esas son cosas pequeñas. Persigue el amor y la alegría. Encuentra maneras de amarte y darte amor. Expresa amor a los demás de la manera que más te guste.