es muy fácil para las personas hacer que su ego se retuerza si otra persona los rechaza. “Vivimos en” nuestros pensamientos, especialmente nuestros pensamientos sobre nosotros mismos. Si lo que pensamos sobre nosotros mismos depende en gran medida de las respuestas de otras personas a nosotros, y algunas de esas respuestas no son las que nos gustaría, puede dar lugar a momentos infelices. En realidad, ¡dejar que otras personas determinen cómo nos sentimos acerca de nosotros mismos será una vida infeliz!
Lo mejor que puedes hacer es mantener tu propio equilibrio y calma y no hacer nada para hacerlo sentir peor o rescatarlo. Piense en él como una buena persona, básicamente, o potencialmente. En tu situación, rezaría por la felicidad y la calma de una persona así. Y piense en sí mismo como una buena persona también, preguntándose qué hace una buena persona en este tipo de situación sin comprometer su integridad. Y si te mira de una manera que parece enojada, imagina que está mirando otra cosa que va en la misma dirección que tú. No es tu problema o responsabilidad; solo tus propios pensamientos y comportamiento son tu responsabilidad.