En general, la universidad es la primera vez que viven con personas que no son familiares. Todos entran en una situación con ciertas ideas acerca de lo que es la norma y no se alinean tan a menudo.
Tomemos los platos como ejemplo. Una persona puede pensar que todos deben limpiar sus propios platos a medida que los usan, y la otra puede pensar que los platos deben limpiarse cada tres días con una rotación de quienes los limpian. Si esto no se comunica, el primero puede pensar que el otro es perezoso, mientras que el segundo puede pensar que la otra persona es desconsiderada por no estar dispuesta a hacer los platos de otra persona.
También podría ser sólo algunos dolores de crecimiento. Cuando finalmente obtienen un lugar propio, pueden desarrollar preferencias sobre cómo se mantiene el espacio o quién ocupa ese espacio en un momento dado. Esto puede o no funcionar con las preferencias de su compañero de cuarto. La personalidad también entra en juego en cuanto a qué tan bien se llevarán estas personas.
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