Imagina que tu amado decidió tener un asesinato misericordioso. ¿Qué harías? ¿Lo apoyaría o trataría de cambiar de opinión?

Prefiero hacer el asesinato de la misericordia que verlo sufrir. Pero si todavía hay una oportunidad, entonces trataría de convencerlo de que no lo haga. Una vez más, depende.