¿Alguna vez solo miraste por la ventana mientras conducías y comenzaste a llorar de manera incontrolable por cuánto dolor emocional estás en ese momento?

Declarándote de la manera más sincera, sin comprender por completo y sin saber cómo llevar mis hombros, para que puedas empapar todo tu dolor, sufrimiento y soledad con total seguridad.

Habiendo estado en el mismo lugar donde te encontrabas, con coraje para curarte, agarra esa mano invisible, como lo harías, si este dolor fuera un ataque cardíaco.

Haz una llamada. Consulte a un psiquiatra, algunos de los médicos más brillantes.