Cualquiera puede reclamar el derecho a cualquier nivel de privacidad que elija, y por cualquier motivo. La pregunta más relevante es la siguiente: ¿Puede su socio usar su derecho a la privacidad como una excusa para evitar ser tan cercano a usted como prefiere que lo sea su pareja?
Si la respuesta a esa otra pregunta es “no” (y usted es quien puede decidir cuál es la respuesta, porque es su vida, su relación y su sistema de valores), entonces tiene derecho a terminar la relación.