Es difícil decir con absoluta certeza cómo reaccionaría alguien en una situación muy estresante, caótica o de vida o muerte. A veces, el deseo de sobrevivir supera las mejores intenciones de una persona. Sin embargo, espero que me comporte con honor. Para mí, eso significa que renunciaría a mi asiento del bote salvavidas para:
- Un niño o niña menor de 16 años o menos
- Un individuo físicamente discapacitado o enfermo, hombre o mujer (puedo pisar el agua durante al menos unos minutos mientras espero que llegue la ayuda. No pueden).
- Una mamá o un papá acompañando a los niños pequeños.
- Un miembro de la tripulación u otro individuo que sea necesario para ayudar en el esfuerzo de rescate
No creo que renuncie a mi asiento por un hombre adulto sano, excepto cuando se apliquen las circunstancias anteriores. Y aunque agradecería que un hombre me ofreciera su asiento fuera de la caballería, no esperaría eso de nadie. Con suerte, los pasajeros y la tripulación tendrían al menos la brújula moral para priorizar a los niños, las familias y los discapacitados si hubiera una escasez de botes salvavidas.