Muchas personas, tal vez la mayoría, han tenido experiencias tan emocionalmente traumáticas que están ansiosas por “seguir adelante”. Algunos buscamos medios autodestructivos de aniquilar la memoria con drogas, alcohol, otros buscan distracción con viajes, aventuras o nuevas relaciones. Pero cualquier movimiento para borrar el recuerdo de esa experiencia dolorosa es, en última instancia, mal dirigido.
No podemos seguir adelante sin procesar el dolor, asimilándolo y las lecciones ofrecidas en nuestra vida avanzando. Las etapas de la muerte que Elizabeth Kübler-Ross escribió acerca de creo que se aplican a las experiencias más traumáticas, no solo a la muerte. Las cinco etapas: 1) Negación 2) Ira 3) Negociación 4) Depresión 5) Aceptación. Ninguna de esas etapas y la aceptación final pueden lograrse sin ahondar en el dolor, saliendo del otro extremo del proceso con cicatrices, tal vez una mayor percepción, ojalá sin una visión menos clara de la vida.