No debería, pero hay casos en los que podría dificultar su proceso. Un buen reclutador debe usar su fecha límite como guía para ayudar a que su proceso de entrevista se mueva lo más rápido posible.
Digamos que habla con un reclutador como primer paso el 1 de enero y su fecha límite es el 2 de enero. Es casi imposible que lo puedan contratar porque simplemente se quedarán sin tiempo. Si su fecha límite es a finales de enero, entonces su reclutador debería poder avanzar en el proceso lo más rápido posible para obtener una decisión final dentro de su fecha límite. Hay un montón de piezas en movimiento en un proceso de entrevista que a veces están fuera de las manos del reclutador, pero simplemente tener una fecha límite no debería hacer que no quieran contratarte.