El tono de esta pregunta para mí sugiere muchos problemas tácitos y heridas pasadas. Veintitrés años es mucho tiempo para invertir en una relación. Tener esta actitud (“obtener todo”) después de tanto tiempo con alguien sugiere que hay mucho dolor emocional presente que necesita ser resuelto.
El divorcio no es necesariamente una conclusión inevitable, incluso en casos de adulterio. Reparar el daño que el adulterio hace a la relación puede ser mucho trabajo para ambas partes. Ambos socios deben estar dispuestos a trabajar en la difícil tarea de reparar lo que un socio ha hecho en su relación. Ambos socios también deben considerar seriamente el asesoramiento de la pareja o algún tipo de mediación.