El artículo que cita no le echa la culpa a las mujeres. Afirma que las mujeres en los negocios a menudo no piden aumentos o no negocian por promociones o mejores salarios. Pero la implicación no es que sean estúpidos y simplemente prefieren ganar menos dinero que los hombres. La implicación es que parte de la brecha salarial puede explicarse por la falta de asertividad por parte de las mujeres debido a cómo la sociedad espera que las mujeres se comporten y cómo se educaron para comportarse.
Cito directamente del artículo:
Las mujeres tienen menos probabilidades que los hombres de negociar por sí mismas por varias razones. Primero, a menudo son socializados desde una edad temprana para no promover sus propios intereses y centrarse en las necesidades de los demás. Los mensajes que reciben las niñas —de los padres, maestros, otros niños, los medios de comunicación y la sociedad en general— pueden ser tan poderosos que cuando crezcan no se den cuenta de que han internalizado este comportamiento, o pueden darse cuenta pero no entender. Cómo afecta su disposición a negociar. Las mujeres tienden a asumir que serán reconocidas y recompensadas por trabajar duro y hacer un buen trabajo. A diferencia de los hombres, no se les ha enseñado que pueden pedir más.
Además, el artículo continúa señalando que muchas empresas penalizan la asertividad de las mujeres al exigir aumentos o promociones:
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En segundo lugar, las culturas de muchas empresas penalizan a las mujeres cuando lo piden, desalentándolas aún más. Las mujeres que persiguen con firmeza sus propias ambiciones y promueven sus propios intereses pueden ser calificadas como malintencionadas o agresivas. Con frecuencia ven su trabajo devaluado y se encuentran excluidos o excluidos del acceso a información importante. Estas respuestas de colegas y supervisores de mujeres pueden no ser conscientes o parte de cualquier esfuerzo concertado para “frenar a las mujeres”. Más típicamente, son un producto de las expectativas arraigadas de la sociedad sobre cómo deben actuar las mujeres.
En situaciones en las que un grupo ha sido privilegiado de manera consistente sobre otro grupo, no tiene mucho sentido buscar qué% de la culpa se encuentra en el grupo desfavorecido o en desventaja, por no hablar. Es un poco como decir que los negros son en parte responsables de la esclavitud, o sus consecuencias.
Si uno está realmente preocupado por las disparidades, como la brecha salarial, es útil señalar todos los factores, por supuesto, pero siempre teniendo en cuenta la historia que la respalda, y el objetivo de reducir las causas de esa disparidad, ya sean estas causas. Son completamente externos o parcialmente internalizados.