Posibles razones: (1) Algo les dolió mucho hace mucho tiempo y nunca se han recuperado de ello; (2) tuvieron uno o más padres enojados que dieron la impresión de que el comportamiento enojado es legítimo, justificable o, por lo menos, apenas aceptable; (3) son adictos a la adrenalina asociada con la ira y no saben cómo parar; (4) nunca aprendieron cómo dejar de actuar enojado, posiblemente porque (5) nadie los ha confrontado por su comportamiento inapropiado por temor a represalias.
En rigor, la ira no es algo malo. Pero cuando las personas no saben cómo liberarlo sin lastimar a otros o a sí mismos, entonces es destructivo; por supuesto.