La meditación es algo maravilloso, pero no sustituye la ayuda psicológica. Cuando meditas, salen emociones latentes y sentimientos muy profundos (cosas viejas y reprimidas). Esto puede ser muy difícil de manejar sin la guía de expertos. Por lo tanto, te recomiendo que primero te comuniques con un consejero matrimonial o psicólogo (con tu esposa) y obtengas ayuda para entender por qué te sientes así antes de comenzar a meditar.
Es posible que un poco de relajación mental (meditación preliminar) no resulte perjudicial, pero más allá de un punto, puede estar entrando en un territorio peligroso.