Creo que es porque nuestras mentes son tan poderosas.
Nos permitimos crear anticipación, emoción y alegría, en base a nuestras expectativas e ideas acerca de lo que viene (o lo inverso: miedo, ansiedad y decepción). Nuestras mentes pueden volverse locas, por lo que la exageración es natural.
Cuando llega el evento, la realidad generalmente no coincide exactamente con nuestras expectativas. Las expectativas son lo que diseñamos para que sean, por lo que pueden ser extremadamente positivas o negativas. Pero el evento es tal como es. Si lo comparamos con nuestras expectativas, a menudo se quedará corto.
Por ejemplo, imaginemos que está temiendo una reunión importante. Todo lo que puedes pensar acerca de cómo llegar a esto es todas las cosas que podrían salir mal, y todas las razones por las que será una experiencia negativa. Luego llega la reunión, y se realiza sin problemas, de manera eficiente y sin ningún problema. Es solo una reunión bastante normal. Probablemente te sentirás bien por cómo te fue.
Ahora imagine que ha estado anticipando la misma reunión con entusiasmo, planeando cómo se involucrará y tendrá un impacto. Has estado esperando todas las formas en que esta reunión será especial y memorable. Luego llega la reunión, y se realiza sin problemas, de manera eficiente y sin ningún problema. De nuevo, es solo una reunión bastante normal. Pero es posible que se sienta decepcionado, porque la reunión fue normal cuando se suponía que debía ser especial. En realidad, nada cambió, excepto sus expectativas y su relación con el evento.
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Entonces, una forma de disfrutar el evento real tanto como la anticipación es dejar de lado las expectativas y aceptar lo que venga, y decidir disfrutar lo que venga. No permita que las ideas o los deseos dicten su relación con lo que esté sucediendo; simplemente se relaciona con eso tal como es. Acéptelo sin juzgar, disfrutando el momento presente, con la emoción de no tener idea de lo que sigue, sino de estar listo para descubrirlo.
La anticipación, más que el evento real, está libre de juicio, porque no hay nada tangible para juzgar. Estás emocionado por lo que viene. Entonces, en realidad llega, se vuelve tangible y es mucho más difícil relacionarse de manera positiva y aceptadora.
No permita que las expectativas y las ideas definan su relación con la vida y cómo son las cosas. Acepta la vida, tal como es, con alegría y entusiasmo. Eso es todo lo que realmente hay, y la mayoría de los problemas diarios con los que lidiamos provienen de nuestras mentes: de cómo nos relacionamos con la realidad, no de la realidad real. No puede cambiar la forma en que son las cosas, pero puede cambiar la forma en que lo piensa.