La antigua sabiduría india para evitar el apego.
Este es un concepto para contemplar más. Si John dice que soy John, ¿qué es exactamente ese “yo”? ¿Es su cuerpo lo que él señala? Ok, y si separo sus manos y sus piernas de su cuerpo. ¿Son las piernas y las manos john? ¿Y si sigo quitando partes de su cuerpo? Finalmente se puede concluir y decir que su cerebro es John. Bueno, eso no es cierto.
No somos el cuerpo físico sino la inteligencia que mantiene al cuerpo unido a través de las emociones, la mente y los procesos biológicos. La inteligencia transforma una manzana en ‘tú’. Lo que era una manzana ahora se ha convertido en ‘Tú’.
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Somos abstractos y no físicos. Una vez que una persona está muerta, es su cuerpo el que está muerto y no la persona porque es abstracta. Eso es lo que llamamos alma.
Los ojos son la ventana al alma. Se comunican emociones crudas. Nuestro lenguaje corporal y nuestras palabras pueden mentir, pero nuestros ojos no pueden. Nuestros ojos se dilatan incluso ante el más mínimo indicio de emoción, ya sea positiva o negativa. Este secreto es bien conocido entre los vendedores que intentan venderle un televisor o un departamento de recursos humanos que le preguntan acerca de sus debilidades y fortalezas durante una entrevista de trabajo.
En la antigua sabiduría india, la inteligencia o mente humana se divide en dos partes: Manas y Buddhi .
Manas es la mente emocional que se apega a las cosas y a las personas. Me gusta, no me gusta y los archivos adjuntos son las funciones de Manas.
Buddhi es la mente racional o intelectual que vigila constantemente a Manas para que no se adhiera excesivamente a algo oa alguien. Tiene el poder de discriminar y desprenderse.
No hay nada malo con el apego a alguien o algo. Nuestra vida sería más bien sin sentido y sin color, sin gustos y aversiones. Lo que es perjudicial es el apego excesivo porque eso conduce a la adicción.
La historia de cómo el cazador de monos indio atrapa a un mono es bien conocida. Él mete algunas tuercas en una jaula con una abertura estrecha. El mono inserta su mano en la jaula y agarra un puñado de nueces, pero no puede sacar su mano. Él se une emocionalmente y no lo deja ir. Él es atrapado y vive una vida de miseria y eventualmente muerte.
Por eso se dice: disfruta todas las nueces pero no te vuelvas loco.