La conclusión obvia es que de niño te hicieron sentir culpable no solo por tu propia maldad, sino también por la de tus padres o hermanos. Madre rompería algo y te culparía por distraerla; El padre te castigaría por algo que tu hermano hizo y no escucharía ni creería tus excusas … Así que ahora, cuando surge una situación similar, subconscientemente se culpe a sí mismo y cree que, por lo tanto, merece ser castigado.
Pero lo que parece obvio no es necesariamente el caso. Quizás tenga una baja autoestima y vea que no logra convencer al otro de su inocencia como una falta que merece un castigo. Tonto pero comprensible.
Cualquiera sea la causa, te sentirás mejor si tomas el control de tus impulsos instintivos y la próxima vez que suceda, rehúsas sentir que deberías castigarte y recompensarte con otro pedazo de chocolate, o lo que sea una pequeña recompensa. Apuesto a que después de un tiempo superarás el sentimiento.