De hecho, tengo alguna experiencia personal con esta situación, aunque en un plazo mucho más exigente. ¡En 2003 y hace más de 13 años, me dieron menos de dos años de vida! Si bien esto fue un shock para mí en ese momento, probablemente no fue tan grave como lo sería para otros. Había coqueteado con la muerte varias veces en el pasado, así que esto no era algo nuevo.
Grim Reaper había llamado a mi puerta varias veces a lo largo de mi vida. La muerte estaba a la vuelta de la esquina mientras volaba 197 misiones de combate en Vietnam. En 1994 sufrí un ataque cardíaco silencioso. Mi hija insistió en que me revisaran en la sala de emergencias, aunque dudaba en hacerlo. Más tarde descubrí que si no hubiera ido a la sala de emergencias, habría muerto en la noche. (Gracias a Dios por las hijas inteligentes e insistentes). Me operaron de triple bypass al día siguiente.
También hubo otras llamadas cercanas, pero esta vez en 2003 tuve un cáncer avanzado y agresivo. Probablemente no tuve mucho tiempo para vivir. ¿Entonces qué hice?
Sorprendentemente, no creo que haya hecho nada fuera de lo común. Comencé a hacer mis arreglos finales con mi iglesia y un depósito de cadáveres, pero no llegué muy lejos. Estando mayormente postrado en cama, estaba limitado en lo que podía lograr. Logré poner en orden mis asuntos financieros, anoté todas mis contraseñas secretas para mi esposa y mis hijos, y construí mi sitio web biográfico, Una Autobiografía de Piloto de Combate de la Marina de los Estados Unidos, por John Chesire para la posteridad.
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Dada mi grave circunstancia, busqué cosas que me hicieron feliz y algo que esperar … pero no demasiado lejos en el futuro, dada mi situación.
Una de estas cosas inspiradoras fue seguir a un joven jugador de baloncesto que se graduó de mi alma mater y fue reclutado en la NBA. Se convirtió en mi alter ego. Acostado en la cama con mi computadora portátil, seguí todo lo que pude sobre él, y me sentí animado por su éxito cada vez mayor. Hoy no lo sigo tanto como lo hice una vez. Sin embargo, dada mi terrible circunstancia, él elevó mi espíritu tanto como cualquier otra cosa en ese momento. Fue la mejor medicina para mí. (Su nombre? Kyle Korver)
Sorprendentemente, realmente no cambié mi vida ni hice las cosas de manera diferente durante este tiempo. Lo que sí cambié fue mi apreciación de la vida y mi amor por quienes me rodean. También me hice mucho más consciente de todo lo que me rodea, casi en un sentido espiritual. Esta conciencia y apreciación únicas por tantas cosas en la vida que quizás haya pasado por alto anteriormente, es un regalo mágico que me da mucho placer, aún hoy en día.
PD: ya no tengo cáncer, pero ese cáncer, irónicamente, me dio una maravillosa perspectiva de la vida.