Cuando eres una persona egoísta.
Cuando eres posesivo e inseguro.
Cuando la idea de que las personas del sexo opuesto sean amigos con tu pareja te asusta.
Cuando la idea de una relación es solo algo que quieres tener que llenar en un agujero hecho por tu soledad
Cuando te falta empatía y por lo tanto no puedes preocuparte por alguien más.
Cuando tu vida es un desastre y te falta madurez para resolver problemas por tu cuenta.
Lo más importante: cuando no te amas y te aprecias.