Ejercita esta cosa llamada “autocontrol”.
Es el mismo órgano que usan normalmente los adultos cuando ven productos de la tienda que están afuera (hay que entrar para pagar por ellos), cuando ven un automóvil abierto, cuando ven a una mujer borracha desmayada en un bar, cuando se dan cuenta un punto privado de Wi-Fi sin protección, cuando tengan ganas de renunciar a una promesa hecha, etc.
Para algunas personas, este órgano no funciona. Requieren la ayuda de un maestro, un terapeuta o (en casos remotos) una institución de aplicación de la ley.