¿Cuál es la cosa más hermosa que una mujer te ha dicho alguna vez?

“Es sólo un plato”.

No sé si puedo describir esto apropiadamente.

Estábamos en la cocina, y se me cayó un plato. Se rompió en varios pedazos. Me enojé conmigo misma, como tiendo a hacer cada vez que me equivoco.

Ella dijo casualmente, “Es sólo un plato”. No me reprendes, sino que simplemente lo señalo, poniéndolo en perspectiva. Y luego, ella comenzó a recoger las piezas del suelo.

Fue entonces cuando supe cuánto la amaba.

Ella me aceptó más de lo que yo me acepté. Ella sabía cómo calmarme. Y en ese momento mundano, allí, en la cocina con su sencillo vestido, recogiendo los pedazos rotos de un plato del suelo, me pareció más bella que cualquier otra mujer que haya conocido.

Hay otros momentos más apasionados que recuerdo. Otros momentos más tiernos o dulces. Pero no hay momentos más bellos. Porque fue entonces cuando supe que ella me amaba en sus huesos, con ese amor cotidiano que damos solo a aquellos que forman parte de nuestras vidas.

Fue en ese momento que supe que siempre nos amaríamos, incluso si no estuviéramos siempre juntos. Y como resultó, no pudimos ser.

Hay muchos momentos que atesoro. Nuestro primer beso. Parado en la ventana mirando la lluvia después de hacer el amor. Dormirse en sus brazos. Estos tienen su propia belleza con seguridad. Pero ninguno coincide con ese momento, cuando con cuatro palabras cortas, cuatro sílabas pequeñas, ella me descargó de mí misma y puso el mundo en perspectiva.

Nunca la he amado más de lo que la amaba entonces.

Y la verdad sea dicha, nunca la he amado menos en todos los días desde entonces.

“sí”. Cuando se le preguntó si ella se convertiría en mi esposa.

Quiero que seas el padre de mis hijos