Perderemos menos tiempo y energía cuando dejemos de confiar en nuestras estructuras externas para gestionar nuestra voluntad para nosotros y para que trabajemos contra nosotros mismos y, en cambio, comencemos a fluir con nuestra naturaleza y tomemos las decisiones que generen prosperidad. Las energías opuestas logran mucho menos que las energías sinérgicas.
Ni siquiera tenemos que oponernos a nuestra tendencia natural a estructurar lo externo. Solo hay que fluir con nuestra tendencia natural a crecer internamente.